Hace 80 años a estas horas el jefe de la policía nazi, Henrich Himmler, pisaba suelo español en visita a su gran aliado, el dictador Francisco Franco. El nazismo español es un gran desconocido porque después de 1945 el franquismo no dejó de borrar pruebas de sus estrechos lazos.
Las imágenes que dejó su visita son muestra de la estrecha relación entre el franquismo y el nazismo. Por eso lo lllevaron a conocer las grandes costumbres españolas. Para las que no escatimaron ningún recurso decorativo.
En su obsesión por buscar cultura prerromana para teorizar sobre la raza aria vistó a la Dama de Elche (en ese momento era un copia; la original estaba en la Francia ocupada y se encargó de que volviera a España).
Su visita dejó imágenes como esta en Madrid, una ciudad en la que había grupos de las juventudes nazis muy bien organizados y activos.
También visitó Barcelona, donde le dedicaron un concierto en el Palau, una gran cena en su honor en el ayuntamiento y una exposición del libro alemán.
Después visitó el monasterio de Montserrat, en su búsqueda telúrica de "magia aria".
También visitó el País Vasco, cuyó idioma y costumbres despertaron enorme curiosidad entre los nazis por su antiguedad. Después de su visita las autoridades alemanas rodaron un documental sobre la vida en Euskadi.
Durante toda la visita fue acompañado por José Finat, conde de Mayalde, jefe de seguridad del régimen en ese momento y luego embajador en la alemania nazi, ministro y alcalde de Madrid. Uno de los acusados de la agresión homófoba al cantante Miguel de Molina.